Cuando era pequeña tenía una caja donde guardaba los recuerdos de mis viajes con mi tía, luego tuve otra para los que hice con mi marido. Ahora los guardo aquí.

¡¡¡ NUEVO !!! REPETIMOS PATRITE - JIMENA

Mulhacen

La subida al Mulhacen esta considerada una ruta estrella que todo amante de la montaña debe realizar y para acometerla decidimos comenzar como hacen los auténticos montañeros (¡que lo somos, sin lugar a dudas!), es decir, nos homenajeamos con una opípara comida alpujarreña en Capileira y una cabezadita debajo de los cerezos antes de iniciar la subida desde el Hoyo de Portillo hasta el Refugio del Poqueira, al que llegamos justo a tiempo para la cena.
Pero antes... ¡ducha fría con agua de Sierra Nevada! ¡Cómo nuevos!

A la mañana siguiente, después del desayuno iniciamos la ascensión por el oeste. Cruzamos algún nevero, el río Poqueira del que hablaremos posteriormente y preciosos torrentes del deshielo y dejando a nuestra izquierda el Collado del Ciervo subimos con ritmo tranquilo pero constante sin ningún problema hasta el Mulhacen.







Demasiado árido para mi pero compensado por la vista de la Sierra con los Crestones de Río Seco, Los Machos y el Veleta al fondo. También las lagunas del Majano y de La Caldereta y del Refugio y la laguna de La Caldera, todavía cubierta de blanco aunque comenzando a deshelarse. Lo mejor una pequeña pero valiente violeta de Sierra Nevada, creciendo entre las piedras. Puedes verla junto con otra plantas y flores aquí.
La flora de Sierra Nevada es especial hay muchas plantas que están en peligro de extinción. La más representativa es la plantago nivalis o estrella de Sierra Nevada sobre la cual circula una leyenda...


Al llegar a la cumbre me sentía muy féliz pero tenía miedo a subir junto al vértice geodésico. Cuando por fin lo hice era incapaz de moverme, estaba llena de sensaciones, la vista es ¡ESPECTACULAR! Todo precioso: la altura, la laguna de La Mosca y la que está a su lado con forma más alargada y de la que no he podido averiguar el nombre, el nacimiento del Valdeinfiernos que posteriormente será el Genil...
Quique se llevó el mp3 y su música casi nos hace volar. De uno en uno nos poníamos los cascos y parecía que ibamos a abrir los brazos y salir volando planeando por el cielo limpio y azul que nos acompañó todo el día. Fue una experiencia inigualable. Os pongo unas fotos con música.


Estabamos tan a gusto contemplando el paisaje, saltando de aquí "pa'ya" y charlando con todos, que no encontrabamos el momento de irnos.
Después de comer almendrucos y queso pringoso abandonamos la cumbre y nos dirigimos a la loma del Mulhacen y desde allí hacia 7 Lagunas
Cruzamos entre un rebaño muy numeroso de cabras montesas que estaban sentadas tranquilamente tomando el sol y que se levantaban tranquilas a nuestro paso. Su figura se recortaba sobre el precipicio de los Tajos de Peñón Negro y su laguna.
Continuamos bajando y cruzando algunos neveros, el último de ellos bastante grande y por fín
la bajada a la laguna Hondera, la última de las 7 que descienden entre el Mulhacen y la Alcazaba.



Allí, una collalba gris me dejó hacerle algunas fotos.


El paisaje espectacular otra vez: la laguna tan grande, los borreguiles llenos de plantas de alrededor, las cabras por las piedras cercanas, la frescura y quietud de sus aguas contrastando con la fuerza de las Chorreras Negras por las que la laguna se vacía en el río Culo de Perro. en su camino hacia Trevélez.
En dirección opuesta los dos gigantes, nevados en su cara norte, y la laguna Altera junto con las otras cinco que forman el conjunto de 7 Lagunas invisibles bajo el manto blanco.
El paraje de la laguna es especial, los borreguiles que la rodean están llenos de plantas y pájaros nuevos para mi y todo es paz y luz. Es un sitio de donde no quieres irte... pero no queda más remedio que volver al refugio, la ducha y la cena nos esperan.
Las lagunas de Sierra Nevada y sus alrededores son zonas únicas y, al igual que las plantas, algunas tienen su leyenda. Puedes ver  más aquí.


El siguente día es el día de la vuelta por eso nos haciamos los remolones dando vueltas por el refugio sin querer irnos, tanto que salimos los últimos. Teníamos por delante una bajada de 1000 m. primero entre los prados, con las acequias a nuestra izquierda y luego junto al río.





Llevabamos recuerdos de Rafa para el pastor que se acababa de instalar con sus ovejas. Nunca había visto yo ovejas marrones, negras o con manchas, sólo blancas. Debajo de su lana tienen una piel como la de las cabras y estaban esquiladas con excepción del lomo. Me gustaba imaginar que eran cabras cubiertas por un vellocino pero ya me explicó el pastor que es la raza de la sierra y que son así y que allí pasarán el verano siguiendo la costumbre de la trashumancia.





Después de un rato de buena charla nos acercamos al río y allí todo cambió. La vida explotó y lo llenó todo: agua clara corriendo por todas partes, flores, mariposas y frutas de todos los colores. Orquídeas y digitalis por todas partes. Fotos
El sendero muy bien trazado, como todos los que perduran. Después he leido sobre los moriscos de las Alpujarras y el trasiego de los arrieros con las mulas y no dejaba de pensar en esta vereda.
A medio día ya estabamos en el pueblo con muchísima calor así que metimos la cabeza en una fuente, los pies en una acequia y metimos una camiseta en el agua y nos la pusimos chorreando, total que tuvimos hasta frío mientras volviamos a comer debajo de los cerezos las delicias de la cocina alpujarreña.









Había que marcharse así que no pudimos tomarnos un cafelito en la plaza, debajo del tilo, ni hacer fotos del pueblo. ¡No queda más remedio que volver! ¡Qúe sea pronto!

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