Cuando era pequeña tenía una caja donde guardaba los recuerdos de mis viajes con mi tía, luego tuve otra para los que hice con mi marido. Ahora los guardo aquí.

¡¡¡ NUEVO !!! REPETIMOS PATRITE - JIMENA

Puerto de la Ragua en Sierra Nevada

Después de muchas peripecias organizativas, cambios de última hora, "el tiempo" y los horarios  de cada uno, conseguimos plantarnos en el Puerto de la Ragua para pasar el Puente del Día de Andalucía. Tantas "historias" antes de empezar no supusieron ningún trabajo ni problema porque todos teníamos muchas ganas de ir y las cosas se iban solucionando según se iba presentando. Cuando ya estaba "to apañao", apareció la emoción: de conocer un lugar nuevo que nos ofrecía muchas actividades diferentes para escoger; de la predicción del tiempo que consultábamos y comentábamos cada día; del sitio para dormir; de las personas, unas más conocidas que otras; del grupo en sí...
Hala, "nos vamos", ¡que sea lo que Díos quiera!
Y allí nos fuimos: a las 8 en el coche, a las 2 en La Posada de los Arrieros, a las 4 en el Puerto de la Ragua, esquiando uno e intentándolo otros, a las 6 en Ferreira, en el Marquesado de Zenete, visitando el Centro de Interpretación, a las 8 cenando con los amigos que venían más tarde, a las 10 paseando bajo la luz de la luna y a las 11 en la sala vip con los trajes de noche. A dormir a la "junior-suit".

Antes del amanecer del siguiente día, a consecuencia de una "falsa alarma" el grupo se despertó muy cohesionado (es lo que tiene el dormir juntos, que une mucho).
- ¡Buenos días!
- ¡Qué bien hemos dormido una hora menos!
- ¡A dormir otra vez!
Y dicho y hecho: una horita más. Y después de un buen desayuno decidimos seguir con el plan previsto y subir al Chullo.
El Chullo (fotos) es el pico más alto de la provincia de Almeria y no tiene ninguna dificultad más que la que le añada la meteorología. En este caso bastante nieve, a veces hasta la rodilla, y vientos de hasta 120km/h en la cumbre y 60km/h a mitad del recorrido, según los datos recogidos in situ y procesados en primera instancia sobre la nieve y, más pausadamente, sobre el mantel de la mesa de la cena, con fórmulas del movimiento uniformemente acelerado (bueno, esto mejor que lo explique Alberto). Nuestro más aguerridos montañeros se iban turnando para abrir la huella que los demás intentábamos seguir mientras peleábamos contra el viento. Yo fui la primera en abandonar que, aunque no me canso, soy bastante reticente a los inconvenientes voluntarios, así que decidí que el viento ya no me tiraba más y me fui "pal puerto pa skiá" y que me tirara la gravedad. ¡La cuestión es que algo me tirara/ase! ¡Qué bien que me acompañaran Alberto e Isabel! Mi primer contacto con el esquí nórdico ha sido muy satisfactorio, me gusta, ¡igual que el salmón!
Los más fuertes se encumbraron porque a ellos no los tumba nadie. ¡Están más locos que el viento!
Por la tarde a Bayárcal, a visitar el pueblo, a charlar con los vecinos y al bar, ¡claro! A probar los vinos del lugar y las tapitas.
En la cena, bromenado y mirando los mapas para la salida del próximo día. La dormida, como estabamos mucho más unidos que al principio del viaje, decidimos hacerla en una habitación más pequeña, que nos permitía estar más juntos. Otro encanto especial de la misma era su "portero". ¡Espectacular! Las charlas que nos organizaba en las entradas y salidas, cómo regulaba el tráfico...
De nuevo a desayunar. Alquilamos las raquetas porque esta vez no cargamos con los crampones que ayer no hicieron falta y las raquetas sí.Y en marcha para los morrones: el del Hornillo, el Sanjuanero y el del Mediodía, hacia el Alto de San Juan (Fotos)


Optamos por ir por las laderas, evitando la cuerda, para protegernos del viento que, aunque no tan fuerte como el día anterior, continuaba molestando. La pendiente cada vez más fuerte y la nieve cada vez más dura. Imposible continuar sin crampones. El tiempo cada vez peor. Mejor volver. Los más valientes aguantaron más. ¡Y Rocío con ellos! ¡Y por la noche se preocupa porque salgo con el pelo "mojao"!
Nos adentramos en el pinar para protegernos de la nevadita y, después de comer, chocolate calentito en el refugio.
Antes de continuar, procederemos a otorgar las menciones especiales a los recogedores oficiales de guantes que demostaron su gran habilidad en tan noble arte: Manolo, Alberto y Pedro, cual hábiles alcones, capturaron tres guantes en vuelo, con el consiguiente regocijo de todos los presentes. Queda aquí constancia de nuestro agradecimiento. Imágenes no tengo. Conseguirlas habría sido más difícil que hacerle la foto a Fernando Alonso, según la Chirigota del Selu.
Esta tarde toca Laroles, un pueblo grande y muy bonito con tejados planos y chimeneas características, todo blanco. También Mairena, muy chiquitito pero especial. Ambos forman parte del municipio de Nevada. Nuestro interés y la buena suerte permitieron que descubriesemos una ruta estupenda para hacer el día siguiente.  
Pero antes hay que volver a reunirse para cenar y charlar. Esta noche nos acompañó la nieve ¡Por ser la última! También por eso había que terminar con todas las chuches, en especial las galletas principe de Manolo, que tenía de "to" ¡Hasta parchís". Con eso y la infusión de flores en nuestro salón privado daba gusto estar. Nadie quería irse ni a dormir ni de marcha que estabamos hechos unos "mascones" y no había grúa que nos removiera.
!Hala, a la cama! Y cada uno pensando en que habitación dormiría hoy. Qué requetebien me lo pasé! Menos mal que Gorka, Manolo y Alberto me dejaron quedarme, qué al   principio no se creían que yo quisiera dormir con ellos. ¡Si hasta cerraron el armario y me dijeron la hora! ¡Es que no se puede ser más buenos, ni tener más paciencia!
El lunes el día estaba radiante, reflejo de nuestro estado, y cambiamos los cielos grises por los azules, las laderas de nieve fría por las faldas moteadas de blanco y miel de flores de almendro, los suelos pelados por los bosques de encinas y castaños y, ¡por fin!, agua líquida, que no sólida, corriendo en bravas cascadas. El broche de oro el castaño milenario. Fotos y track. Y esto es lo que veíamos desde el coche  mientras  volvíamos. Fotos









1 comentario:

Isabel Cáceres dijo...

Nunca tan poco tiempo ha dado para sentir tantas emociones y sensaciones juntas....¡¡Fantástico¡¡ lo has plasmado muy bien. Solo tiene un inconveniente que hay que repetirlo...Gracias por compartir este viaje con nosotros...

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