Sierra Mágina

Sierra Mágina o Sierra Mágica, que nadie duda de la mágia de esta sierra ni de su fuerza, se mantiene poderosa resistiendo el paso del tiempo y de las personas entre sus encinares y sobre sus calizas. No pierde nada, cada vez es más rica y más señora, al menos eso me parece a mi. Lejos ya en el tiempo la miseria de la vida de nuestros antepasados y lo duro de poder sacar el alimento y el combustible de estas tierras. Aceite y picón, también cereal, ¡habrá algo más costoso de conseguir! Ahora que las cosas son más fáciles, la mirada a estos montes tiene otra intención. Es paz y mágia lo que transmiten. Fuertes contrastes entre zonas fértiles con grandes encinas y quejigos y piedra dura, pero no muerta. Cuna de importantes especies endémicas y protegidas, entre ellas la arenaria, que llama a nuestros ojos y también a nuestros pies, cansados de tanta piedra y deseosos de pisar algo blando como este "cojín del pastor", pero ni se nos ocurre, ¡ya volveremos a los prados! 

Si miras arriba los ojos se te llenan de luz aunque esté nublado y, una vez superados los niveles más bajos llenos de vegetación, nos enfrentamos a las montañas grises con algunas tonalidades rosadas que creo ver y que pueden estar relacionadas con la composición dolomítica además de caliza que suaviza un poco el relieve. 

Las piedras arden en la mágia de Mágina: Las jirones de nubes salen de la tierra como fumarolas de volcanes, las arenarias, las sabinas y  los agracejos dibujan un estampado extraño en las faldas de las montañas y los líquenes dan a las rocas aspecto animado. Algunas manchas de nieve... Pero no hay frio, el ambiente no es inhóspito, al contrario, es cálido y humano. Jaén siempre me sorprende. 
Fotos y track

Los que no me sorprenden son mis amigos, estos nunca fallan, cada vez  mejor, en una desorganización organizada que siempre funciona y divierte mucho. La buena actitud y las ganas de ver las cosas buenas de la vida como este estupendo fin de semana que nos han regalado José Antonio, Piña, Nati y Anita. Un beso grande "pa tos" y el más fuerte "pa mi niña chiquitita". Nos han llevado al Cortijo de Bornos, en Cambil, donde Antonio nos ha atendido más que bien, incluso nos acompañó el segundo día en la ruta de la Peña del Águila, desde Mata Behid. Un saludo para él  y su blog y el deseo de volver a verlo que eso será que hemos vuelto y todos estamos deseando.

Esta ruta es preciosa. La peña en sí, la vistas desde allí, las edificaciones y el jardín de Mata Behid, el arroyo de Gibralberca y la fuerte erosión de las lluvias, las vistas a los olivares... Fotos y track

 

Si este día, gracias a Antonio, todo estuvo perfectamente controlado y todos nos dejamos "guiar por el guía", el sábado la cosa no fue igual. Llevabamos varios gps con la misma ruta que nos había regalado Antonio pero en cada cruce había asamblea, si nos pasabamos el desvio se producia un debate sobre si volver o continuar fijandonos en los mapas, si se trataba de una subida que si por aquí que si por allí, al final "pa'rriba como puea". En la cumbre, como no teníamos bastante pues vamos a buscar el Refugio de Miramundo. ¡Hala, metiendo coordenadas en el gps y ya! Nos envolvió la niebla, nos llovió, y nos granizó y al final el refugio en ruinas y reparándose. ¡Y yo que quería yogurt con frutas del bosque y strudel (¡es lo que tiene el haber ido a Los Dolomitas!) o al menos café y rosquetes. Nada de nada. Medio minuto y de vuelta,  buscando otro camino hasta conectar con la ruta grabada,  que se escuchan truenos, en medio del mal tiempo. Nadie se perdió y todos nos divertimos mucho. ¡Es que da gusto!

No se me pueden olvidar las comidas: la del primer día "de compartir" y sobrar de todo; la segunda los fideos con caballa que Fali nos preparó a los treintaitantos que íbamos y que nos trajimos a la vuelta en las fiambreras vacias (hasta estamos pensando comprar una olla más grande) y el último día la que nos dieron en el Cortijo: migas, revuelto de ajetes (buenísimos), arroz con conejo y papas a lo pobre y postres caseros. "Pa chuparse los deos, to y tos"