Después de pasar la tarde del viernes en Sevilla haciendo torrijas de miel y leche (receta, por si a alguien se le antoja),
el sábado por la mañana muy tempranito me fui para Galaroza, en la
Sierra de Aracena, donde los famosos peros, como antiguamente se
pregonaba por la calle.
El día cubierto y las gotitas que me
cayeron al pasar por Aracena, además de poner el coche aun más sucio que
había vuelto de Badajoz, ni presagiaba ni prometía, si no que me
mantenía en la incertidumbre de no saber que tal iría el fin de semana.
La zona la conozco desde pequeña y me gusta mucho. Su gente, sus
cochinos, sus chacinas, sus castañas, sus dulces y su paisaje forma
parte de mi y siempre asociados a días grises, como el de hoy.
Manolo
muy atento, como siempre, me llama y me da las indicaciones para la
casa. Cuando llego cualquier incertidumbre desaparece. Ya se cómo va a
ser todo. Es lo que tiene salir con gente a la que quieres tanto. Si
hasta Ana estaba allí, mas buena y más bonita!!! Pa comersela!!!
Saludos, habitación, cafelito y marchando! Más saludos a los que no había visto antes y mucha alegría.
Empezamos: Track
Iniciamos la subida por un antiguo castañal y después de
recorrer unos cuantos metros empieza a chispear. El olor a tierra
mojada que asciende desde el polvoriento suelo me evoca, como siempre,
bonitos recuerdos de niña. La humedad me ayuda a respirar mejor y me
alivia el catarro. La lluvia moja mi ropa sin calar, el calor del cuerpo
y el ejercicio la seca en un momento. Y en esas estoy hasta llegar a
Castaño del Robledo, uno de los pueblos más bonitos de la sierra.
Después
de la visita y de tomar un colacao bien calentito la lluvia arrecia,
aguantamos un poquito y continuamos bajando hacia Galaroza, donde está
nuestro alojamiento. Tras una breve parada para coger más ropa de lluvia
seguimos hasta Valdelarco recorriendo caminos alfombrados de hojas de
oro y árboles dulces moteados de blanco o de rosa y otros de hilos de
plata. Aquí almorzamos.
Y
continuamos hacia Cortelazor, última etapa de un día que tanto parece
sugerir la llegada del otoño, como la de la primavera. La tierra seca y
la hojas en el suelo se mezclan con las primeras prímulas, narcisos
y ranúnculos y los endrinos y los piruétanos florecen junto a los
frutales de los huertos. Falta verde, falta agua.
Y
ya a casa. Ducha, pijama, a jugar con Ana, cena y a dormir en el sofá,
que vergüenza, que poco aguante. Los demás por ahí, a pasarlo bien, como
Dios manda!
Ya por la mañana, restaurada, empiezo el
día muy formal. Visita tempranera a Galaroza muy bien acompañana por
Antonio y José Antonio. Algunas fotos y y buen desayuno. Gracias!
Luego hacia Arroyomolinos de León, más al Norte, donde empieza la ruta que Manolo nos ha preparado para hoy. Track
Qué bonito Manolo!
Me encanta el paisaje adehesado!
El olor de la jara me trastorna!
Quién
fuera cochino!, viviendo libre en la dehesa, comiendo y retozando en el
barro, rascándote el lomo en los alcornoques, gustar hasta en tus
andares, tener calidad y que alguien te "coma to" con placer, incluso
con lujo!
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